Según un trabajo realizado por la catamarqueña Susana Bulacio (bailarina, ex alumna de Amir Thaleb, actriz y actual directora del Instituto Superior de Danzas árabes y Orientales en Catamarca) e información proveniente de otras fuentes en las que he incursionado, tenemos aquí una breve alusión al significado de la utilización de ciertos elementos en la danza oriental; con respecto al último apartado (el cántaro), las especificaciones corresponden al ya mencionado historiador de la danza oriental Shokry Mohamed.
VELO

Danza del velo: Hay muchos orígenes en la introducción del uso del velo en la danza oriental contemporánea. Después de los períodos griego y romano, parece no haber documentación de danzas con velo en el Medio Oriente o en el Norte de África, tanto en la literatura como en el arte. A finales del s XIX y principios del XX hubo numerosos fotógrafos que retrataron a mujeres bailando con lo que parecen pañoletas y fulares, pero muchas de esas fotografías eran posados que tenían más de imaginación del fotógrafo que de documentos históricos; sin embargo, algunas de esas fotos efectivamente muestran mujeres bailando; había una forma de danzar con velo durante este período en el norte de África, no era el tipo de danza con velo que se vería mucho más tarde en los teatros de danza Oriental, y su uso no era como el que ahora podemos ver en el baile (la danza de Pañuelos, y la danza del Mantón, eran danzas repetitivas y enérgicas, sin el grado de estilización que tiene la danza de velo actual). Sin embargo, la danza de velo como se la conoce actualmente, se remonta a la época en la que este baile comenzó a mostrarse en los amplios escenarios (aproximadamente 1940).
El velo en la danza, no tiene nada que ver con su significado religioso. Es un elemento muy sensual, la bailarina lo utiliza para cubrirse y descubrirse, y se realizan figuras muy atractivas con el mismo, que requieren una técnica específica. Además, existe la danza con doble velo, con velo partido, y la famosa danza de los siete velos.

CANDELABRO

Candelabro o bandeja con velas: La luz de las velas siempre se relacionó con lo sagrado. Esta danza probablemente provenga de los antiguos ritos que se llevaban a cabo en los templos de la etapa Faraónica.
Suele utilizarse en entradas, especialmente en festividades como bodas, conservando aún el sentido de la iluminación mística para la pareja.
La bailarina preside el cortejo de los novios; se desarrolla sobre el ritmo Zaffa, y puede ser acompañado por chinchines. Antiguamente las bailarinas no colocaban las velas sobre la cabeza, sino que imitaban al candelabro sujetando las velas alrededor de sus ropas.

SABLE

Sable: Según algunos investigadores, se trata de una danza en homenaje a la Diosa Neit, madre de Ra (dios del Sol). Por una diosa guerrera, simbolizaba la destrucción de los enemigos y la abertura de los caminos. La danza de la espada también podía ser realizada como homenaje a Maat, la Diosa de la Justicia. En contraposición, otros autores sostienen que se trata de un invento de los pintores orientalistas (como Gerome), y que las bailarinas se inspiraron en esas pinturas para crear esta danza. Otros, aseguran que las mujeres cuando bailaban en bares, les quitaban a los guerreros las espadas para bailar, o que danzaban para festejar batallas ganadas cuando sus esposos guerreros regresaban a casa. Sea cual sea el origen correcto, sabemos que al ejecutar la danza, la bailarina, utilizando un ritmo lento (como el chiftetelli o el masmudi) equilibra el sable sobre la cabeza, las piernas, el busto, o lo apoya en la ropa de danza y realiza algunos otros movimientos como el reboleo del sable, o la danza de piso con sable, los giros con el sable en equilibrio, movimientos que deben ser realizados con delicadeza.

CHINCHINES

Chinchines: Son platillos de metal. Se tocan con el dedo mayor y pulgar, acompañan los ritmos musicales y permiten manifestar la habilidad de la bailarina al bailar tocando un instrumento.
En tiempos anteriores a la civilización egipcia la danza era acompañada por palmas o chasquido de dedos. Los crotalos de metal son una prolongación de aquello.

BASTÓN

Danza del Bastón: Suele bailarse con el ritmo saidi. Originalmente es un baile egipcio folklórico, al incorporarse el uso del bastón en la danza del vientre, se han incorporado movimientos básicos de la danza oriental y pasos más folklóricos.
Se dice que el bastón representa el cetro de poder que llevaban los monarcas faraónicos; o que deriva del arte marcial con que se defendían los campesinos en la antigüedad.

CÁNTARO

El cántaro: tiene relación con el tinte sagrado que recubre históricamente al río Nilo. En el período faraónico se festejaba el día de la fidelidad al Nilo; lo atravesaban con sus barcas repletas de músicos y cantantes, arrojando al agua flores y bendiciones. También arrojaban una máscara, mitad hombre, mitad mujer para que en la próxima estación sus aguas fueran fecundas. Agradecían de esta forma al Nilo las crecidas por las cuales se depositaba en las orillas el limo, que alimentaba la tierra y hacían posible que crecieran las cosechas. Las mujeres salían de sus casas con los cántaros en equilibrio sobre la cabeza caminado hacia los canales de agua y al llegar se reunían con las otras mujeres, cantaban y bailaban. Todos estos comportamientos fueron llevados al teatro dando forma a lo que se conoce como “la danza del cántaro” o “la danza del agua”.

SERPIENTE

La Serpiente: La odalisca baila con una serpiente de metal (muchas veces de oro), un animal que era considerado sagrado y símbolo de sabiduría.

DAGA

La Daga: representa la muerte, la transformación. Era una reverencia a la Diosa Selkis, la reina de los escorpiones. La bailarina entra con la daga escondida y en medio de la danza la revela bailando siempre envuelta por un aire de misterio.

PANDERETA

La Pandereta: es siempre usada con sentido de conmemoración, de alegría y de fiesta.